dilluns, 26 de març del 2012

INTERVENCIÓN Y GESTIÓN DE LOS PAISAJES ORDINARIOS: EL CASO DE LOS ACCESOS A MUNICIPIOS.

A continuación tratamos aquellos paisajes ordinarios que encontramos en las entradas y accesos de los núcleos urbanos, aquellos paisajes que forman parte de la vida cotidiana de las poblaciones, que actualmente han sido considerados por el Convenio Europeo del Paisaje como escenarios hábiles para ser objeto de actuaciones de intervención y gestión del paisaje.

Carretera de Castellar del Vallés acceso a Sentmenat.

Durante un tiempo las entradas (accesos) a la mayoría de los pueblos y ciudades se hacían a través de carreteras bordeadas por hileras de árboles frondosos (olmos, plataneros de paseo, acacias, etc.). Los viajeros sabían que se aproximaban a un núcleo urbano porque unos kilómetros antes de llegar, los acogían galerías de árboles. Las carreteras y caminos unían campo y ciudad de una forma coherente, estructurada.

Por otra parte, los viales eran espacios para el uso social y no estaban limitados a su papel de redes para la movilidad, permitiendo las diferentes modalidades de tráfico motorizado y no motorizado.Posteriormente, la generalización del uso del automóvil obligó a disponer de vías más amplias; a raíz de ello, las hileras de los plataneros de paseo, acacias, olmos y otro arbolado fueron eliminados. Se asfaltaron los caminos rurales, se ensancharon las carreteras, se estrecharon o llegaron a desaparecer los arcenes y las aceras, se habilitaron aparcamientos: todo ello para despejar el camino del coche como uno de los protagonistas del cambio socioeconómico. 

Los árboles fueron vistos como un obstáculo para el progreso, como un elemento asociado a un mundo condenado a desaparecer: era el precio a pagar para encarar un futuro prometedor. Pero al eliminarlos no sólo desaparecía el elemento vegetal y sus atributos asociados (calidad visual, sombra, ritmo y armonía...), sino una perspectiva paisajística de primer orden que permitía una relación amable y gradual entre el campo y la ciudad.
A partir de los años noventa, la creciente preocupación social por el estado de los entornos periurbanos ha permitido replantear la relación de la ciudad con su periferia, iniciándose un cambio de tendencia significativo mediante actuaciones como la recuperación de los espacios públicos, la limitación de la velocidad de circulación, etc.

Acceso a Palau Solità i Plegamans por la carretera C-59
Actualmente, las necesidades de mejora de las periferias urbanas y de pacificación del tráfico devuelven al arbolado el protagonismo perdido y su potencia en la configuración de espacios urbanos acogedores. La recuperación del arbolado viario no debe interpretarse como una operación nostálgica o exclusivamente de embellecimiento sino como una oportunidad para diseñar entradas dignas en las ciudades, mejorar el entorno y aumentar la calidad de vida de las personas. Este hecho queda plasmado en los "Objectius  de Qualitat  Paisajística", publicados por el Observatori del Paisatge” en Catalunya.

En este artículo hemos intentado analizar, de forma breve, los paisajes ordinarios que nos encontramos en los accesos de muchos pueblos y municipios de Catalunya y cómo se han tratado y se tratan en la actualidad. Desde nuestro punto de vista creemos que estos espacios se deberían trabajar y planificar mucho más por parte de autoridades y administraciones públicas, dignificándolos en muchos casos.
Carretera de Caldes de Montbui acceso a Sentmenat.Actuación paisajística realizada.
Las primeras sensaciones y percepciones paisajísticas cuando llegamos a la entrada de muchos núcleos urbanos suele ser muy importante, es la primera percepción que tenemos de aquel lugar, influyendo en nuestra composición del mismo. En muchos de los casos nos encontramos con espacios poco planificados, que dan prioridad al automóvil, dejando de lado elementos ambientales y naturales.

Carretera de Caldes de Montbui acceso a Sentmenat.Actuación paisajística realizada.
Cuando se trabaja, se planifica este tipo de espacio con actuaciones que potencian visuales más valiosas del lugar, con la restitución de una imagen global y unitaria del acceso, adaptando la sección y la planta de la carretera a los actuales condicionantes físicos y a las necesidades funcionales. O cuando se potencia la recuperación del arbolado viario, no deben interpretarse todas estas actuaciones como operaciones nostálgicas o exclusivamente de embellecimiento, sino como una oportunidad para diseñar entradas dignas en las ciudades, mejorando el entorno y aumentando la calidad de vida de las personas. Planteando unas entradas a los núcleos urbanos ordenadas y proyectadas en relación con el paisaje circundante, con unos paisajes arbolados y reestructurados como elementos caracterizadores.

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